Sant Pere Sacama

La ermita de Sant Pere es la antigua capilla del castillo de Sacama (o de Camba) y está dedicada a San Pedro apóstol. Es una sola nave con ábside semicircular lombardo y un campanario en forma de pequeña silla. El ábside es lo que queda de la antigua capilla románica, construida entre los años 963 y 966, sobre los restos de un primitivo oratorio visigótico. Presenta un aspecto magnífico, con una obra de piedra neta, arcuaciones lombardas y una pequeña ventana central de medio punto. El resto de la nave es fruto de una reconstrucción posterior. La puerta mira a poniente y es adintelada.

Durante los años 1985 y 1986, el Centre Muntanyenc i de Recerques Olesà llevó a cabo la última restauración de la capilla. En el transcurso de los trabajos, se descubrieron dos pequeñas hornacinas en ambos extremos de la ventana central del ábside, en las que todavía se conservan fragmentos de pintura mural románica.

En las intervenciones arqueológicas que se han ido llevando a cabo, se han encontrado importantes vestigios tanto en el interior como en el exterior de la ermita: la presencia de un yacimiento de época ibérica del siglo II a. C. y los restos de una vivienda catalogada como carolingia y de una necrópolis de época medieval (siglos XIV-XV).

La capilla tenía un retablo barroco con la imagen central de San Pedro y, en los lados, las de Santa Lucía y de Santa Oliva, patrona de Olesa. Separado de la pared, insinuando una girola, se encontraba el espacio que se usaba como sacristía, en el que se tiene constancia de que había un antiguo retablo gótico. Las tallas fueron quemadas durante la Guerra Civil.

El Castillo de Sant Pere Sacama era una pequeña construcción defensiva de la época carolingia que controlaba el camino de Olesa a Vacarisses y a Terrassa. Actualmente, solo quedan trozos de pared de piedras colocadas en forma de espiga (opus spicatum).

Bajo la capilla estaba la masía de Sant Pere, que tuvo actividad hasta los años 1970.

Al oeste del castillo y en una pequeña colina, se erigía el Mas Vilar, datado sobre el siglo XI. Actualmente, es un montón de ruinas del cual se puede distinguir el basamento de una torre circular y un par de silos. Entre 1996 y 1998, se llevó a cabo una excavación arqueológica que ha permitido documentar la evolución arquitectónica de una masía medieval desde su inicio hasta su abandono. Durante los trabajos, se encontró el esqueleto de un individuo de la época medieval, con indicios de haber sido asesinado y escondido dentro de uno de estos silos de la masía. Este descubrimiento mereció especial atención por parte de la prensa e incluso apareció en un número de la revista National Geographic.

A pesar de que la ermita se puede ver desde el exterior, hay que pedir las llaves al propietario del lugar para poder acceder.